jueves, 2 de julio de 2015

Intendencia decretó Alerta Ambiental para este jueves


Los efectos de la primera alerta ambiental del año en Chile.

Aprueban anteproyecto de revisión a norma para SO2


En 2005, la Organización Mundial de la Salud documentó la evidencia científica de los efectos agudos y crónicos del dióxido de azufre (SO2) sobre la salud de las personas, por lo que comenzó a legislarse normativas para su regulación en diferentes países del mundo. 

A nivel local, el 17 de junio se aprobó un anteproyecto de revisión de la norma de Calidad Primaria para el Dióxido de Azufre, desarrollado por el Ministerio del Medio Ambiente.

De acuerdo al Ministro Pablo Badenier, los principales desafíos del anteproyecto corresponden a establecer un norma horaria, actualizar los niveles de emergencia y reducir los valores de las normas de dióxido de azufre de 24 horas y anual. Todo ello, con el fin de proteger la salud de las personas de los efectos agudos y crónicos generados por la exposición a elevadas concentraciones de dióxido de azufre en lapsos breves.

Las principales fuentes emisoras antropogénicas al aire de SO2 en Chile corresponden, en orden de importancia, a las fundiciones de cobre, las centrales termoeléctricas a carbón, las industrias que usan petróleos pesados y el transporte que utiliza diésel.

Para elaborar el anteproyecto, se consideraron criterios de coordinación y coherencia con otros instrumentos de gestión ambiental. Principalmente, con las normas de emisión para centrales termoeléctricas y la de emisión para fundiciones de cobre.

El anteproyecto de revisión de la norma para SO2 regirá desde que el decreto respectivo se publique en el Diario Oficial. No obstante, la norma primaria de calidad de aire para dióxido de azufre, como concentración anual, de 24 horas y de 1 hora, entrará en vigencia el primero de enero del año 2020.

Primera emergencia ambiental en 16 años

 
La alta contaminación en Santiago produjo un alza en las atenciones respiratorias e impactó a deportistas. La restricción vehicular afecta hoy al 40% del parque automotor. 

Lunes 21 de junio de 2014.- Desde las alturas, Santiago mostraba ayer una cara similar a la de Londres, en los años ‘50: una capa fina de niebla y humo contaminante que provocaba una fuerte molestia al respirar a los capitalinos. ¿La razón? La Región Metropolitana registró niveles críticos de esmog por material particulado fino (MP 2,5), lo que llevó a que la Intendencia decretara una emergencia ambiental para hoy. Esto no ocurría desde 1999, año en que se produjo el último episodio de este tipo.

Si bien en 2014 hubo un día de emergencia ambiental en Santiago, aún no existía un decreto de “zona saturada” en la capital para validar oficialmente este tipo de jornadas. Ayer, Pudahuel registró el mayor nivel de esmog de la capital -la estación marcó 561 en el Índice de Calidad del Aire por Partículas (ICAP) -unidad con la que se mide la polución-, mientras que Cerro Navia alcanzó 519 puntos, al cierre de esta edición. Ello implica que la calidad de aire se tornó “peligrosa” en la ciudad. Sobre 501 puntos se produce un episodio de emergencia.

La medida decretada por la autoridad implica que se prohíbe la circulación de automóviles catalíticos cuyas patentes terminen en los dígitos 1-2-3 y 4. En tanto, la restricción para los autos sin sello verde afecta a las placas finalizadas en 5-6-7-8-9-0-1 y 2.

La paralización involucra a un 40% del parque automotor de Santiago. También tendrán que dejar de operar 1.347 fuentes fijas. Además, habrá cuatro vías que serán exclusivas para buses del Transantiago: San Pablo, Independencia, San Diego y Los Leones. A esto se suma que no se podrá usar estufas a leña y, debido a las altas emisiones, el Ministerio de Educación recomendó a los establecimientos educacionales suspender actividades físicas, especialmente, en las zonas afectadas. Sin embargo, la norma indica que los sostenedores tienen la autonomía de suspender las clases en el recinto tras informar a la seremi de Educación y señalarle el día en que se recuperarán.

¿Falló el pronóstico?

¿Por qué Santiago volvió a tener días con calidad de aire peligrosa, tal como hace 16 años? El intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, atribuyó esta situación a la ausencia de precipitaciones que limpien la cuenca: “Estamos muy mal en niveles de lluvia. En un año normal deberíamos llevar 95 milímetros de agua caída y, si no caen precipitaciones en los próximos días, este junio va a ser el más seco desde 1968”. La autoridad expresó que existe una “pésima ventilación en la cuenca. Casi no hay viento y eso significa que el esmog se ha ido acumulando”.

Pese a que desde el viernes el Ministerio de Medio Ambiente planteó que los índices de polución empeorarían, la Intendencia sólo decretó ayer una preemergencia. El ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, reconoció que el evento de ayer “no fue pronosticado de acuerdo a nuestro modelo”.

La cartera ambiental utiliza un sistema de predicción de los índices de contaminación y de las condiciones climáticas para el día siguiente, con el que se puede calcular si habrá altos niveles de esmog. Con estos datos, la Intendencia decide decretar un episodio. 

Badenier aclaró que el modelo tiene un 80% de acierto, pero que falla en un 20% de las ocasiones, lo que implica que no se pueden pronosticar correctamente las condiciones en algunos días.

Salud

Los especialistas recomendaron no efectuar ejercicios hoy. “La carga de partículas que respirarán podría provocar daño pulmonar. Además, los menores se ven expuestos a que virus ingresen al cuerpo”, sostuvo Felipe Rivera, médico broncopulmonar del Hospital Clínico de la U. de Chile.

Por su parte, Guillermo Acuña, infectólogo de la Clínica Las Condes, dijo que “las personas que viven en la zona poniente deberían extremar los cuidados”. Otro consejo apunta a evitar la polución “intradomiciliaria”; evitar fumar en los hogares o bien que no se utilice leña que pueda agudizar afecciones.

Fuente:

jueves, 3 de julio de 2014

Water Program


Grupo de trabajo Agua, jueves 3 de octubre


Inicio - Término
Actividad
Responsable
8:45-9:00
Inscripción/registro


9:00-9:20
Presentación proyecto GeoHealth: líderes del proyecto presentan contexto, propósitos/metas, objetivos, etapas y plazos.

Paulina Pino, Programa de Epidemiología, Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile.

Kyle Steenland, Departamento de Salud Ambiental, Escuela de Salud Pública, Universidad de Emory.
9:20-10:00
Presentación asistentes: en 2 minutos cada participante presenta nombre, institución, línea de investigación o trabajo, proyecto específico a destacar.
Verónica Iglesias,  Programa de Epidemiología, Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile.
10:00-10:20
Calidad de aguas de uso humano en Chile: realidad urbana y rural.
Gonzalo Aguilar, Departamento de Salud Ambiental,  Ministerio de Salud.
10:40-11:00
Coffee break


11:00-11:20
Peligros químicos para la salud en diversas matrices ambientales.
Sandra Cortés, Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile.
11:20-11:40
Contaminación por Vibrio parahaemolyticus en aguas costeras.
Romilio Espejo,  Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, Universidad de Chile.
11:40-12:00
Nuevas evidencias sobre los efectos crónicos de la exposición a arsénico en agua potable en Chile.
Catterina Ferreccio, Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile.
12:00-12:20
Perspectivas de investigación en estudios de exposición a agua ambiental.
Karen Levy, Departamento de Salud Ambiental, Escuela de Salud Pública. Universidad de Emory.
12:20-13:00
Discusión orientada a contrastar y compartir la experiencia de otros investigadores, estudios similares, avances y aprendizajes.
Moderadoras: Sandra Cortés, Julieta Vivar.

13:00-14:30
Almuerzo


14:30-16:00
Taller: Trabajo en grupos para abordar necesidades, capacidades y barreras para la investigación en salud ambiental y su repercusión en políticas públicas.
Julieta Vivar, facilitadora.
16:00-16:20
Coffee break


16:20-17:40
Plenaria,  cierre y evaluación.
Julieta Vivar, facilitadora.


miércoles, 4 de septiembre de 2013

Environmental Context in Chile

Environmental and occupational health have been recognized in recent years as critical problems in developing nations (Ezzati 2006, Moe and Rheingans 2006). Among the most important environmental problems are air pollution (both indoor and outdoor)(Xianglu and Naeher 2006, Naeher et al. 2007, Martin et al. 2011) and water pollution (microbes, heavy metals, and pesticides) (Prüss et al. 2002, WHO 2011). The new challenges presented by global climate change are also increasingly becoming an environmental health priority (Confalonieri et al. 2007).

Chile, with just over 300,000 square miles, is twice the size of California, and has a population of roughly 16 million. About 85% of the population lives in urban areas, including six million in Santiago, the capital city. The work force is approximately eight million, of which one third works in the service sector and government, one third in industry and commerce, and smaller fractions in agriculture, forestry, fishing, construction, and mining. Chile is classified as a middle income country by the World Bank. It has one of South America’s healthier economies, with a gross domestic product per capitaof $14,000 and an annual real growth rate of 6% during the last decade.

Chile has one of the stronger economies in Latin America, providing a good infrastructure for environmental health research. However, its strong growth in the last two decades has been accompanied by uneven attention to the environment, so that there are important environmental problems to be addressed, Environmental health problems cover a broad spectrum of issues, including air and water pollution, agricultural health, pesticides, and occupational health. While we have expertise in all of these areas, and all of these subjects may be included as part of a future GeoHealth Hub, for the purposes of this planning grant we focus on three areas of environmental health in particular: outdoor/indoor air pollution, water contamination, and climate change.